domingo, 1 de febrero de 2009

COMPARTIR EL DOLOR NOS CURA

19 de Mayo de 1999

Miércoles (mañana)

Hoy a Jaime le sacan el yeso del brazo. Se lo rompió en Menorca (cúbito y radio) al caer de la bici. Ha estado más de 40 días con la escayola. Pero no sólo me siento contenta por eso. Durante éste último mes noto que Jaime y yo estamos más unidos. Cada uno tiene su dolor, pero a veces se produce el momento mágico de la comunicación. Y hablamos, sin prisas, de nuestros sentimientos. Conectamos. Nos comprendemos y eso es maravilloso. Compartir el dolor nos cura. Cuando él me cuenta que sueña que llaman a la puerta y su alegría es inmensa al comprobar que es Ignacio, yo me veo en la ventana cuando sueño despierta que Ignacio dobla la esquina y me saluda con la mano. A mi se me encoge el corazón igual que antes se me ensanchaba al verle. Ignacio no volverá a saludarnos desde la calle, pero siempre tendremos en nuestro interior el inmenso amor que nos producía vivir con él. Doy gracias por tener una familia como la que tengo. Unos hijos que adoro y un marido bueno que me quiere. Ahora en la tierra ya no somos cuatro, somos tres. Pero el proyecto sigue siendo el mismo.

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