domingo, 22 de febrero de 2009

LOS REPROCHES PUDREN EL ALMA

Mientras hay vida es posible rectificar y aprender de los errores. Nunca nos deberíamos acostar sin la sensación de estar en paz con uno mismo. Si actuáramos siempre así, cuando muriese algún ser querido nos quedaría la tranquilidad de que le hemos dado lo mejor de nosotros mismos. Pero la existencia es complicada y todos arrastramos malentendidos y equivocaciones. Recriminar al otro sobre algo que hizo o dejó de hacer es entrar en un callejón sin salida. El pasado no puede modificarse, sólo es posible intervenir en el presente. Si para nosotros lo de antes tiene un peso tan enorme que nos impide avanzar, si representa un sufrimiento añadido convivir con la pareja después de la muerte de nuestro hijo, entonces es mejor romper la relación. Siempre es preferible una separación, para uno mismo y para los hijos, que vivir en un reproche constante, sin amor ni esperanza.

1 comentario:

  1. es fuerte enfrentar una perdida familiar.... pero creo que es impresindible el apoyo de la pareja, para poder sobre llevar ese dolor, y aprender a vivir con el....


    saludos

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