jueves, 24 de diciembre de 2009

TODAS LAS MADRES SOMOS UNA

Estoy en casa, llueve y en la cocina hierve ya el caldo de Navidad. Mañana vienen a comer mi hermano y mi padre y yo siento ahora en el alma toda la dulzura y el calor de las mujeres que me han precedido y ya no están. Ellas inundaron de amor mis navidades y lo siguen haciendo ahora porque viven dentro de mí. Son ellas, con mis manos, las que están preparando lo que mañana compartiremos. No seré en casa la única mujer, aunque en la mesa solo haya hombres. Encenderé una velita que las representará a ellas, otra para mi hijo y otra para todos los hijos que se han ido y siguen viviendo en nuestros corazones. Desde este momento, para mi, todas las madres somos UNA y eso me da una fuerza inmensa. Da igual que en el pecho sienta esa sensación conocida, esa piedra que recuerda el dolor de las ausencias. No voy a luchar para deshacerla, también forma parte de mí y estará ahí hasta que el amor la derrita.

5 comentarios:

  1. Tu escrito es maravilloso!!!. En Sevilla diluvia...y esta noche mi corazón late con más fuerza que nunca. No me extraña, en realidad son dos corazones, el mío y el de mi hijo Pepe, dándome la energía necesaria para que, durante toda la noche, no se borre de mi cara una sonrisa capaz de transmitir a toda la familia mi convicción de que hay que seguir adelante, cueste lo que cueste, con mucho amor, optimismo y gratitud.

    Felices Pascuas!!! y un fuerte abrazo para ti y para todos los seguidores del Blog.

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  2. Estoy en casa, ha cesado de llover y estoy leyendo el blog de una amiga que tiene en su pecho una piedra que recuerda el dolor de las ausencias, una piedra que forma parte de ella y siento que hay mucha gente en el mundo que desearía ayudar a derretirla.

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  3. Querida Mercé, que en estas fiestas recibas tanto amor como el que generosamente brindás a través de tu sabiduría. Recibí tu libro de regalo de Navidad... pronto te enviaré el mío.

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  4. Hola Mercé
    Gracias por tu blog. Aunque mi familiar fallecido no sea un hijo, ya que tengo 29 años, pero si es una madre.Empecé a leer tu blog poco antes de fallecer mi madre, en Julio, iba buscando respuestas ante un anunciado final cercano y me has acompañado en estos duros momentos de vacio. Mi madre siempre decía que sobrevivir a un hijo, tendria que ser lo peor que te puede pasar, por eso creo que aunque nuestro dolor es dsitinto, al fin y al cabo es dolor. En tu entrada de hoy me senti reflejada, mi madre vive en mi corazón y yo también he cocinado estas nacivades como ella la hacia, sus manos guiaban mis manos.
    No dejes de escribir... Besos

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  5. Hola Inmaculada,
    Tu madre siempre estará contigo, de eso no te quepa la menor duda.

    Un abrazo grande,

    Mercè

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