sábado, 5 de junio de 2010

LAS POSIBLES TRAMPAS DEL DUELO


Cada uno vive su duelo como mejor sabe y a mi me parece que todo lo que reconforta vale. Pero entiendo que hay algunas actitudes que confunden y dificultan más que otras.

Al principio de mi camino yo me esforzaba por salir de la cama, por comprar cosas de comer buenas para cerrar el paso a la desgana, al precipicio al que me avocaba negar cualquier mínimo placer si Ignasi no estaba, si él no podía compartirlo. También me exigía arreglarme, más de lo que lo hacía antes, como para plantarle cara a la sensación profunda de abandono que sentía.

Algunas personas encuentran refugio en el alcohol o en otras drogas. Amortiguan el dolor, es cierto, pero hay que tener cuidado de no convertir ese refugio en otro aguajero negro. Así como a veces son necesarios los ansiolíticos y los antidepresivos –yo estuve medicándome durante dos años- no es bueno agarrarse definitivamente a ellos.

Tampoco creo que la actividad desmedida sea un buen compañero a largo plazo, porque impide conectar con lo que sentimos que es, aunque cueste, de lo que se trata.

Buscarse un amante para tener la sensación de estar vivo, de recuperar ilusiones, también puede ser una trampa. Encerrarse en la Iglesia a cal y canto, puede ser otra. Con eso no quiero decir que no tengamos que beber vino ni recurrir a Dios. No, me refiero a que el camino más directo a la recuperación es encontrar nuestra fuerza interior, no dársela a otros o a algo externo. Tarde o temprano, con los vaivenes necesarios, tendremos que afrontar que nuestro hijo a muerto y que esto duele y es preciso pasar por ese dolor y escuchar a nuestra alma.

Entre medio cometeremos locuras, y en algún momento malo tal vez deseemos morir y acabar con todo. Es normal, estamos desquiciados, no añadamos la culpa a nuestros pesares. No nos juzguemos, simplemente recordemos que hay que practicar, con nosotros mismos y con los que queremos, el arte del tira y afloja. Perseguir el camino del medio, guiarnos por el sentido común. Y eso es difícil cuando se está desesperado, deprimido, triste y agobiado. Ser indulgente y comprensivo con uno mismo es sanador. Y nos permite serlo con los demás. Hay trampas y podemos caer en muchas, pero no olvidemos que el amor, en mayúsculas, es lo que nos salva.

7 comentarios:

  1. Mil gracias Mercé,tus palabras siempre me recofortan.

    Un besos

    Susana

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  2. Que bellas palabras y tan cierto los refugios que una toma...
    Yo leí un artículo que me encantó y trata sobre algo fundamental: La aceptación.

    Por si te interesa leerlo: http://yoteesperabayoteespero.blogspot.com/2010/05/aceptacion-otra-oportunidad-en-la-vida.html

    Cariños, Ceci.-

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  3. Hola Merce, que lindo que escribis!! De un tema tan triste sacas poesia!!
    Cuando yo tenia 16 años tenia una amigo, estabamos en la previa de ponernos de novio cuando el fallecio de un aneurisma(creo que asi se escribe). Sus padres me apreciaban mucho. Su papa le escribio un poema que leyo al momento de su entierro y despues vino y me lo entrego. Despues de esto no supe mucho mas de ellos. Hoy 12 años despues me reencontre virtualmente con la mama de mi amigo....me dio una alegria. Prometi ir a visitarla, y queria preguntarte a vos, (aunque ya se que cada caso es un mundo) si le agradara que yo vaya y que hablemos de su hijo y recordemos esos tiempos?? La verdad es que no quiero amargarla mas. Pero quizas eso, recordar a su hijo, le haga feliz... no se. Vos que pensas?
    Gracias y un cariño grande.
    Anita

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  4. Hola Anita,
    A mi me encantaría que una persona próxima a Ignasi viniera a verme, me gusta muchísimo hablar de mi hijo. Además pienso que, tal vez, pueda ser también bueno para ti cerrar un duelo que, en parte, puedes tener pendiente. A los 16 años el dolor que produce la muerte suele aparcarse para más adelante y ahora el destino te da la oportunidad de revisar esa herida y dejarla curada. Yo aprovecharía la oportunidad.

    Un abrazo grande,

    Mercè

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  5. Hola Ceci,

    Gracias por pasarme la dirección de tu blog y darme la posibilidad de conocerte un poco más.
    Te seguiré,

    Un abrazo,

    Mercè

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  6. Gracias Mercé por su experiencia, yo perdí a mi unica hija Keren de 7 años y pues este 28 de agosto cumple un año de haber partido. He pasado innumerables tuneles negros a raiz de su partida, me gustaria platicar con ud. a traves de mi correo karolkeren@yahoo.com, por favor escribame!
    Ana Carolina, soy de Guatemala.

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